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¿Adict@s al azúcar?

Habiendo evolucionado en un entorno donde los recursos eran escasos, desarrollamos mecanismos reguladores de alimentación que nos impulsan a obtener alimentos de alta energía que también puedan ser consumidos en grandes cantidades y por supuesto, sean seguros. Entonces, tal cómo pudieron adivinar, son los alimentos (o productos) altos en azúcar los de preferencia. (1)

Y es cierto, los alimentos y las drogas utilizan y activan los mismos patrones neuronales en nuestro cerebro, específicamente los relacionados a la recompensa y el placer. La neurociencia ha demostrado que al consumir alimentos calóricamente densos, particularmente altos en azúcar y en grasas, se genera una gran liberación de dopamina, serotonina y opioides (2). Estos son neuroquímicos primordiales en la entrega de sensación de placer, bienestar y felicidad. Son estos sistemas de recompensa los que van a promover una búsqueda de alimentos (o productos) ricos en sacarosa y una ingesta repetida de ellos.

Ahora, existen diferencias entre la liberación de estos neuroquímicos en una drogadicción en comparación con las conductas naturales como son el comer, el escuchar música, el hacer ejercicio, y el sexo también.

Por ejemplo, al comer sólo se libera dopamina en una primera instancia. El cerebro no seguirá liberando dopamina a medida que se siga consumiendo ese mismo alimento. Al contrario, las drogas liberan cantidades significativas de este neuroquímico cada vez que se consumen (2). También, el comer posee mecanismos de saciedad. Esto se ha relacionado a neurotransmisores antagonistas, como son la acetilcolina y la colecistoquinina, que inhiben la acción de la dopamina en nuestro cerebro, provocando una disminución en el apetito.

Lo interesante es que la ingesta de las dietas altas en azúcar o “dietas dulces” provocan un desplazo en el sistema hambre-saciedad, generando cambios a nivel molecular y celular similares a una adicción (1). Estos neuroquímicos que afectan nuestro sistema nervioso van a influir en conductas adictivas como son los atracones y los antojos, momentos donde nos sentimos compulsiv@s y/o fuera de control.

No está mal comer azúcar de vez en cuando, pero sí debemos cuidar las cantidades ya que pueden provocar una disrupción en las señales de equilibrio entre hambre y saciedad.

Si sientes una adicción a las comidas dulces, una estrategia que puedes utilizar es no consumir azúcar o productos dulces en ayuna. Esto va a generar un peak en la glucosa sanguínea provocando que al poco tiempo – menos de 1 hora – quiera consumir nuevamente (el mismo) alimento.

 

(1) Olszewski, P. K., Wood, E. L., Klockars, A., & Levine, A. S. (2019). Excessive Consumption of Sugar: an Insatiable Drive for Reward. Current Nutrition Reports. doi:10.1007/s13668-019-0270-5 


(2) Rada, Pedro, Avena, Nicole M, & Hoebel, Bartley G. (2005). “Adicción” al azúcar: ¿mito o realidad? Revista Venezolana de Endocrinología y Metabolismo, 3(2), 02-12. Recuperado en 24 de agosto de 2022, de http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1690-31102005000200002&lng=es&tlng=es.

 

Por la Nutricionista Micaela Sánchez